Hoy traemos a Karla Frechilla Eguíbar ( 29 de diciembre de 1974), que en su presentación nos ayuda a entender las complejidades y las vidas diversas de cada mujer. Su humanidad, sus retos, sus sueños, la importancia de su maternidad, sus dificultades vitales... Un gusto para nosotras :
¡Siento que he hecho trampas! . Siempre he tenido “habilidad” para pintar o esculpir, no ha sido un trabajo duro que me haya llevado años, es un regalo que mis padres cincelaron en mi alma. Ellos facilitaron, apoyaron e incrementaron mi necesidad de expresar y crear desde siempre, me rodearon de arte y me incluyeron en sus vidas, sus conversaciones con otros artistas, exposiciones e incluso creaciones desde el principio.
Mi madre, Teresa Eguíbar, una mujer fuera de lugar y época, de gran carácter y personalidad, extremadamente bella, por dentro y por fuera, escultora. Destacaba con su trabajo y personalidad, quisieran o no las circunstancias que la rodeaban. Tenía momentos de arrebato y pasión intensas, creaba sus obras de la nada en segundos, una tras otra, tan solo cuando la inspiración llegaba, sin descanso. Después, periodos de reflexión.
Mi padre, Lorenzo Frechilla, un hombre completo, cariñoso y sensible de manos y complexión fuertes, barba blanca y ojos transparentes. Imposible no sonreír a su lado. Escultor. Creaba sus obras desde la reflexión mas profunda, meditada, matemática y constante. Siempre estaba en el estudio creara o no, el arte y nosotros éramos su vida.
Mi obra siempre ha ido muy ligada a lo que sucedía en mis días como un largo cuento. Siempre fiel a cómo soy, a mi personalidad, que evoluciona con el tiempo, pero no cambia. Siento la necesidad de contarte y a veces dejar fuera, con imágenes, lo que no se ve, una sensación, sentimiento, un momento, algo importante o no, instantes que probablemente solo mi subconsciente comprenda, y lograr en ti una u otra percepción, también según tu momento y vivencias. Esa segunda lectura de la obra, es parte importante del proceso.
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| Espacio e Identidad |
Antes de perder primero a mi padre, con 15 años y después a mi madre con 24, todo era mucho mas sencillo y fluía de forma mas natural, o dolía un poco menos.
Empecé exponiendo a los 13 años, tras una primera y divertidísima experiencia en una entonces moderna peluquería en la que las modelos llevaban el pelo de las formas mas dispares y en la que yo vendí, por mi inexperiencia, una misma obra hasta 5 veces. Luego una exposición mas seria en la galería Orfila. Entre medias selecciones de concursos como el de ABC y otros en los que mi edad sorprendía casi mas que mi obra. Todo era sencillo, estudiaba y pintaba. Me seleccionaron para ir a la I bienal de Florencia, y tras una serie de pruebas me dieron una beca de arte en la casa de la Moneda y Timbre. Divertido, prensa, TV… Todo colores rojos e intensos amarillos, verdes y morados. Formas inconscientes, fotografías de sensaciones fáciles y felices. Cuando perdimos a mi padre las formas comenzaron a volverse mas seguras y firmes, entraron grises y negros, fotografías de sentimientos tristes y acontecimientos inesperados, jamás comprendidos.
Varias exposiciones con Raquel Ponce, participación en Stampa, Zamora, Valladolid, Murcia, mi querida Valencia. Individuales, colectivas. Ya nada era tan sencillo, todo dejó de ser un juego y pasó casi a ser una terapia. Sin el arte se que habría perdido la cabeza y la eterna sonrisa que aun hoy conservo.
Solo me he rendido una vez, un periodo largo en el que solo existía mi madre y su enfermedad. Entre medias colocamos la preciosa obra de mi padre en Valladolid, ayudaba a mi madre a preparar la pieza de inauguración del Teatro Real, algún otro pequeño encargo y miraba y aprendía de las cosas malas de la vida, tanto o mas que de las buenas. Sobretodo a valorar y sentir aun con mas intensidad.
Cuando estaba mas sola que nunca llegó Carlitos, el rey de mi corazón, un pedacito de mis padres y de mi. Mi hijo, ya de 12 años me regala ilusión y energía desde entonces.
Tras ese período de 5 años volví a pintar. Y descubrí que no hacerlo producía un extraño vacío incomprensible de forma racional para mi. Me apunté a talleres con artistas para recuperar el contacto, sin importarme el estilo. Antonio López, Gabarrón, Pepe Lucas etc. Me fui con mi obra fuera de mi país, Nueva york, Suiza, Italia…
El soporte donde contar es parte de la lectura de mi obra. Si necesito que el cuadro esté partido o doblado así lo hago. Y siempre pinté desde bien pequeña sobre botijos. Un elemento tradicional español que me enamora, tanto por la magia de su mecánica que enfría el agua sin contaminar ni consumir, como por sus voluptuosas formas.
Surgió un proyecto precioso para Expo Zaragoza, un gran botijo de 4 m, pintado. Con los años esta obra terminaría en la entrada del pueblo de Serrada (Valladolid) tras recibir el Premio Cosechero y posteriormente el Premio Racimo. Aun hoy sigo trabajando sobre botijos, de todos los tamaños y formas.
Estos últimos años he abandonado en ocasiones la soledad del trabajo en el estudio para pintar en escenarios, lo que me ha permitido compartir con artistas y conferenciantes de todo el mundo, momentos muy especiales. Me he convertido en una adicta a la adrenalina que produce estar bajo tantas miradas. Casi siempre escondida tras un metacrilato transparente sobre el que el espectador ve como se construye la obra casi por si sola. Mi figura aparece en un primer momento como protagonista, y desaparece tras la primera pincelada dejando paso a mi parte mas profunda y real. Así he disfrutado de una maravilla jornada en el Círculo de Bellas Artes, gracias a la Fundación Telefónica, en la Thinking Party.
He compartido escenario en España, Marruecos con varios artistas musicales. He participado entre otras en jornadas de Planet Idea, he pintado con ipad en Hub Madrid, y en la presentación de una serie que se emite por internet ect.
De hecho este fin de semana, el día 20 de septiembre, tengo el placer de pintar en directo durante toda la jornada del TEDx Valladolid, estáis invitados a venir, promete ser muy interesante!!!.
Comparto ahora una nueva aventura con 7 artistas muy diferentes, entre los que se encuentra mi querido Nassio Bayarri, gran artista y amigo de siempre. Somos Grupo Aro, y comenzamos en Castellón nuestra primera exposición juntos.
El día 5 de octubre estaré pintando en Fuencarral 77 en una antigua galería comercial, gracias a la Embajada Alemana, y expondré junto a 67 artistas internacionales mas.
Tengo mil proyectos e ideas en la cabeza y solo una vida para hacerlos realidad así que espero poder seguir contando mis historias, que éstas te hagan sentir algo y encontraros en el camino de aquí en adelante.
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| El vuelo de los sueños |
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